La vida cotidiana de los seres humanos se encuentra rodeada por objetos tecnológicos que, mas allá de su utilidad puntual, son presentados como objetos necesarios, cuando en realidad, sustituyen o mejoran las condiciones de vida de los seres humanos en cuanto a la comodidad, al gusto o al placer, pero están lejos de ser elementos primordiales o fundamentales para la vida.
El mundo artificial está formado por todos aquellos objetos creados por el ser humano a través de comlejos procesos de producción, que ponen en juego no sólo los productos realizados a través de él, sino también las relaciones que se establecen entre los objetos tecnológicos producidos, las personas que intervienen en ese proceso y la forma en la que participan, el mercado como ideología dominante y reguladora de los procesos de producción, y la sociedad como la principal consumidora de las constantes ofertas renovadoras de los objetos producidos. Además, y no como un dato menor, éstos procesos de producción están íntimamente relacionados con las debastaciones de los recursos naturales y su inevitable consecuencia derivada en los desastres naturales, mayormente ignorado por las grandes empresas multinacionales.
El impacto de los objetos tecnológicos en la sociedad, es bastante amplio, ya que permite realizar distintos tipos de análisis.
- El acceso a estos objetos tecnológicos no es lineal, es decir, que no todos los seres humanos que habitan este planeta, se encuentran en igualdad de condiciones, en cuanto a los recursos económicos, para acceder a ellos.
- Tampoco podemos afirmar que en todas las poblaciones del mundo, las "necesidades" en cuanto a la utilizaciòn de los procutos impuestos por las grandes empresas productoras y prestadoras de servicios, son las mismas. Hay que tener en cuenta que muchos de los objetos tecnológicos creados, responden más a la realización y la satisfacción de deseos, que a la satisfacción de necesidades básicas o fundamentales para mejorar las condiciones de vida de los seres humanos.
- Los procesos de producción impuestos por las políticas de mercado,ya sea desde la implementación de nuevos objetos tecnológicos en dichos procesos, o en la "creación" de estas necesidades "ideales" que no llevan a otro lugar que al consumismo, han alterado o, en muchos casos, destruído, costumbres y formas establecer las relaciones de muchos pueblos que son expulsados por el propio sistema.
- La implementación de nuevas tecnologías en los procesos de producción, han reemplazado en la gran mayoría de los casos, la participación del hombre y la mujer en los procesos de producción o, al menos, la han reducido a una minoría de tareas a realizar los supuestos principales beneficiarios.
- La distribución de la riqueza, el salario o la remuneración que reciben quienes participan de los procesos de producción, marca otra brecha en la sociedad. Muchas veces, quienes desarrollan una misma tarea dentro de un trabajo, no son beneficiados por igual o, en la gran mayoría de los casos, su trabajo no es reconocido o es desvalorizado, recibiendo un salario mucho menor a lo que realmente le corresponde.
- Los avances tecnológicos han generado mejoras en la implementación de nuevas tecnologías para alivianar el trabajo realizado por el hombre. Pero éstas innovaciones no han sido proporcionales a la implementación de mejoras en los salarios de los trabajadores. Hoy en día, se prioriza un avance tecnológico sin importar el costo, a un aumento en los sueldos de los trabajadores que se encuentran por debajo de la canasta familiar básica.
En éste juego de relaciones, los integrantes de una sociedad se encuentran realizando tareas, dentro de sus empleos, que, lejos de ser gratificantes, son injustas, humillantes, y puestas al servicio de quienes tienen el poder, social y económico, para dominar a quienes ponen su esfuerzo en los procesos de producción.
A modo de reflexión, podemos observar a través de este video, cómo influye el sistema capitalista en las relaciones sociales. Muchos seres humanos creen valer más que otros pares u otras especies, considerándolas objetos y utilizándolas para conseguir sus propios fines, sin darse cuenta que, al final, serán utilizdos como "alfombras" por quien los controla, los humilla y los toma como "empleados". Del mismo modo, muchas veces, el ser humano opta por las comodidades que ofrece el mundo artificial creado por los elementos materiales, descuidando el verdadero sentido de la sociedad, que se establece mediante el respeto por los demás. Desde mi punto de vista, la desvalorización del otro, como también así la de nuestro medio natural, es una muestra más del egoísmo, de la ambición que produce un mundo mediado por la acumulación y la falta de conciencia, de reflexión, en cada uno de los actos tecnológicos que dieron lugar a tanta desigualdad y a tantos desastres naturales.
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